Hoy en día no es difícil encontrar una agencia de detectives en Barcelona, pero hasta hace algunos años era una tarea realmente complicada. Aunque la curiosidad siempre ha estado unida al ser humano, lo cierto es que las labores de detective privado como las conocemos hoy en día tardaron bastante en aparecer.
El origen de cualquier agencia de detectives en Barcelona se remonta al siglo XIX, cuando apareció el primer detective de la historia. En el año 1849, el escocés Allan Pinkerton se convirtió en el primer investigador privado de Chicago. Allan procedía de la ciudad de Glasgow, de la que tuvo que huir por razones ideológicas y por motivos de seguridad. Una vez en Estados Unidos, ayudó al sheriff de Chicago a resolver un delito de falsificación de dinero.
Esto le animó a abrir la primera agencia de detectives privados con el abogado Edward Rucker. El lema de este innovador servicio era “We never sleep” (Nunca dormimos). Poco a poco comenzaron a aparecer más agencias de este tipo.
Si nos centramos en España, no fue hasta el año 1907 que apareció la primera agencia de estas características. Recibió el nombre de La Internacional y estaba situada en la ciudad de Barcelona. En los periódicos se anunciaba como “gran detective particular para asuntos secretos”. Después de ella, se abrieron otras agencias en el resto del territorio español, como la Oficina Internacional de Detectives en Madrid o la American Office también en Barcelona, entre otras. Pare ser detective es necesario formarse, ya que actualmente es una profesión regulada y totalmente normalizada.
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